jueves, 5 de agosto de 2010

"Para Shakespeare, más que para ningún otro poeta, la palabra individual era un núcleo rodeado de un campo de energías complejas.
·····Esto conduce a lo inconsciente, a la oscura zona primaria donde el lenguaje humano emerge de un 'prevocabulario' hecho de estímulos o identificaciones biológicas y somáticas. En Shakespeare, las palabras afloran a la superficie a menudo con toda la carga de esta asociación preconsciente; las raíces de las mismas no han sido arrancadas de la zona de negrura. Aunque el sentido shakespeariano de la posibilidad total también se extiende hacia delante, muchas de sus palabras no pueden encasillarse en un significado único. Se balancean como un péndulo que oscilara y con ello abrcara un extenso tracto de sinónimos y afines. A veces una palabra sombrea, mediante retruécano o sugerencia sonora, el áre de definiciones nuevas. En parte, esta acción vibratoria se debe al instantáneo empleo que hizo Shakespeare del vocabulario isabelino, al hecho de que antes de Dryden y el Dictionary de Johnson las definiciones y la sintaxis fueran sobradamente fluidas."
George Steiner. "Shakespeare cuarto centenario". En: Lenguaje y silencio. Ensayos sobre la literatura, el lenguaje y lo inhumano. Editorial Gedisa, Barcelona, 2003, págs. 237-238.

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