jueves, 12 de agosto de 2010

"A continuación, la muy conocida descripción del incendio en el Globo hecha por un contemporáneo [Tenemos el origen de este material constantemente citado en Henry Wotton, Reliquae Wottoniane (edición de 1671, pp. 425-426)]:
Los actores del rey tenían una nueva obra, llamada All is True (Todo es verdad), donde se representaban alguno de los pasajes principales del reinado de Enrique VIII, montados con mucho aparato de pompa y circunstancia, al grado de haberse alfombrado el escenario. Los Caballeros de la Orden, con sus insignias y jarreteras, los guardias con sus cotas repujadas, etc., todo ello bastante cerca de la realidad para hacernos familiar la grandeza, si no ridícula. Sucedió entonces que el rey Enrique montó una mascarada en la casa del cardenal Wolsey y, habiéndose hecho explotar a su entrada ciertas cargas, parte del papel o de otro material parecido con que estaban retacadas le prendió fuego al techo de paja; al principio se lo creyó una humareda sin importancia y como los ojos estaban atentos al espectáculo no se dieron cuenta de que el fuego ardía por dentro y corría en círculo como un reguero de pólvora; el edificio se consumió hasta los cimientos en menos de una hora."
Frances A. Yates: Las últimas obras de Shakespeare: una nueva interpretación. Fondo de Cultura Económica, México, D. F., 2001, págs. 85-86.

miércoles, 11 de agosto de 2010

"Ciertos temas son comunes a las últimas obras en conjunto [...].
·····Una de las características es la llamada 'doble trama'. A diferencia de las anteriores comedias románticas de Shakespeare, en las cuales las figuras centrales son amantes, hombre y mujeres jóvenes en edad de casarse, los romances de las últimas obras se refieren a familias, a dos generaciones de la misma familia. Y existen dos tramas, una relacionada con la gente de edad y otra con los jóvenes. Suele representarse a la generación menor por una hija y su amado: Marina en Pericles, Perdita en Cuento de invierno, Miranda en La tempestad, Imógena en Cimbelino. Sólo en esta última la familia de la generación joven es mayor, pues incluye no sólo a Imógena y su esposo, sino también a dos hermanos de la mujer. La acción ocurre a lo largo de un extenso periodo para permitir el crecimiento de los niños. Con el reconocimiento de los niños perdidos mucho tiempo atrás se llega a un final feliz. Las desventuras del ayer quedan curadas gracias a los actos de la generación joven, que trae esperanzas para el futuro. El tema de la reconciliación es fundamental en las últimas obras: se alivian antiguas querellas y heridas, y gracias a la generación joven hay esperanzas de un futuro mejor. Las obras tienen un profundo significado filosófico, una sensación mágica de interacción entre el hombre y la naturaleza. Esa atmósfera mágica es asimismo una atmósfera intensamente religiosa, que produce 'teofanías' o nuevas revelaciones de lo divino. En punto de sumo significado emotivo aparece el tema de la música, que representa la restauración de la armonía."
Frances A. Yates: Las últimas obras de Shakespeare: una nueva interpretación. Fondo de Cultura Económica, México, D. F., 2001, págs. 25-26.

[Nota: En el libro, la autora se propone relacionar la doble generación con la del Rey Jacobo I y sus hijos, que al parecer supusieron durante un tiempo una notable esperanza de restauración del esplendor isabelino. Es posible que sea cierto, aunque tampoco es desdeñable el hecho mismo de que Shakespeare se había hecho mayor y sus hijas habían crecido. Miranda y Próspero y demás padres e hijas podrían ser, perfectamente, un reflejo de esta situación.]
"[...] es posible que Shakespeare escribiera sus últimas obras entre 1608, poco más o menos (si es la fecha de composición correcta de Pericles, sobre lo cual no hay certeza) y principios de 1613; es decir, tras las grandes tragedias pero aún en los primeros años del reinado de Jacobo I.
·····Desde el punto de vista del montaje escénico y la interpretación, las últimas obras han despertado mucho interés en años recientes. Al ser contemporáneas de las mascaradas cortesanas ideadas por Inigo Jones, se ha señalado que las últimas tienen ese matiz de mascarada y que tal vez utilizaran efectos escénicos más complicados que los que solían verse en el Globo. Se ha subrayado que King's Men, la compañía de Shakespeare, adquirió en 1608 el teatro Blackfriars, que daba mayor margen para un nuevo tipo de montaje. Las afirmaciones de que ese aire de mascarada en algunas de las últimas obras significa que Shakespeare las diseñó para el Blackfriars, para un tipo de teatro diferente al Globo, pierden fuerza ante el hecho de que Simon Forman vio Cuento de invierno y probablemente Cimbelino, dos de las obras que más se acercan a una mascarada, en el Globe. Por tanto, no debe abusarse de esa idea sobre el Blackfriars. No obstante, por su atmósfera, por su tono romántico y visionario, las últimas obras rayan indudablemente en la mascarada."
Frances A. Yates: Las últimas obras de Shakespeare: una nueva interpretación. Fondo de Cultura Económica, México, D. F., 2001, págs. 24-24.
"Al tiempo que la visita de Bruno traía a la Inglaterra de Shakespeare una nueva y fuerte infusión de influencias herméticas que se asociaban con la situación político-religiosa en una perspectiva antagónica a las ambiciones hispano-habsburguesas sobre Europa, hacía tiempo que un mago hermético nacido en Inglaterra influía enormemente en la época isabelina. Se trata de John Dee, un mago formado en la filosofía oculta de Agripa, en quien se asociaba la tradición hermética con un sólo desarrollo de las matemáticas. Dee es el centro de Theatre of the World (El teatro del mundo), en donde se estudia la influencia de Vitruvio en su prefacio matemático a Euclides, y se indica que Robert Fludd, el 'rosacurz', proviene de la tradición de Dee, así como también probablemente Inigo Jones. Dee influyó en la época isabelina, desde la reina hasta el último habitante. Que fue él la inspiración para el Próspero de Shakespeare se subraya mucho en este libro al comparar La tempestad con el ataque de Ben Jonson a Dee en El alquimista, lo que puede comprobarse al estudiar a Dee en El teatro del mundo."
Frances A. Yates: Las últimas obras de Shakespeare: una nueva interpretación. Fondo de Cultura Económica, México, D. F., 2001, págs. 17-18.

martes, 10 de agosto de 2010

"Todos mis estudios han estado vinculados; cada esfuerzo me condujo inevitablemente hacia el siguiente. Supongo que la secuencia comenzó cuando por primera vez entre en la embajada francesa en Londres, en la época de Isabel I, y encontré allí a John Florio: An Italian in Shakespeare's England y al amigo de Florio, Giordano Bruno. De inmediato surgió el problema de la naturaleza que tenía la misión de Bruno en Inglaterra, y de por qué se alojaba en la embajada francesa. Florio me condujo a Shakespeare y a un intento prematura por resolver las alusiones a la actualidad en Trabajos de amor perdidos. La Academia Francesa, mencionada en esa obra, a la que asistían cortesanos pertenecientes a bandos opuestos de las guerras religiosas francesas, parecía exigir una explicación más profunda que la hasta entonces disponible. El libro resultante, The French Academies of the Sixteenth Century llevó las pesquisas hacia la enciclopedia del conocimiento según se entendía en la tradición neoplatónica del Renacimiento. Resultó que esas academias francesas se preocupaban de aportar las técnicas para expresar, bajo forma dramática y musical, en los festivales de la corte francesa de aquel entonces, esa perspectiva compleja y profunda. También les interesaba reunir a poetas y músicos de partidos religiosos opuestos para que cooperaran en la producción de una música que tuviera buenos 'efectos', como parte de los esfuerzos de tolerancia y conciliación intentados mediante festivales impulsados por Catalina de Médicis. Comenzaba a parecer que la Academia Francesa de Trabajos de amor perdidos, cuyos miembros tenían nombres tomados de bandos opuestos de las guerras religiosas francesas, al elaborar una mascarada y un baile misteriosos que concluían en una atmósfera de buena voluntad y caridad mutuas, pudiera estar haciendo un tipo de alusión actual de mayor significado en la obra que la cuestión menor de si Florio era o no el Holofernes original."
Frances A. Yates: Las últimas obras de Shakespeare: una nueva interpretación. Fondo de Cultura Económica, México, D. F., 2001, págs. 11-13.

jueves, 5 de agosto de 2010

"Para Shakespeare, más que para ningún otro poeta, la palabra individual era un núcleo rodeado de un campo de energías complejas.
·····Esto conduce a lo inconsciente, a la oscura zona primaria donde el lenguaje humano emerge de un 'prevocabulario' hecho de estímulos o identificaciones biológicas y somáticas. En Shakespeare, las palabras afloran a la superficie a menudo con toda la carga de esta asociación preconsciente; las raíces de las mismas no han sido arrancadas de la zona de negrura. Aunque el sentido shakespeariano de la posibilidad total también se extiende hacia delante, muchas de sus palabras no pueden encasillarse en un significado único. Se balancean como un péndulo que oscilara y con ello abrcara un extenso tracto de sinónimos y afines. A veces una palabra sombrea, mediante retruécano o sugerencia sonora, el áre de definiciones nuevas. En parte, esta acción vibratoria se debe al instantáneo empleo que hizo Shakespeare del vocabulario isabelino, al hecho de que antes de Dryden y el Dictionary de Johnson las definiciones y la sintaxis fueran sobradamente fluidas."
George Steiner. "Shakespeare cuarto centenario". En: Lenguaje y silencio. Ensayos sobre la literatura, el lenguaje y lo inhumano. Editorial Gedisa, Barcelona, 2003, págs. 237-238.
"Es más, ya no esperamos del genio una producción uniforme. Sabemos que los grandes pintores hacían a veces malas pinturas. El hecho de que Tito Andrónico esté lleno de violencia espeluznante no prueba que no la escribiera Shakespeare; o, con mayor precisión, no prueba que éste escribiera sólo los fragmentos buenos."
George Steiner. "Homero y los eruditos". En: Lenguaje y silencio. Ensayos sobre la literatura, el lenguaje y lo inhumano. Editorial Gedisa, Barcelona, 2003, pág. 199.
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[Nota: Me interesa la apreciación de Steiner sobre Tito Andrónico porque es tan desmedida como sincera (probablemente si le dedicara un artículo sería mucho más matizada). En cualquier caso, para un Shakespeare jovem, un Tito Andrónico es una obra excelente si lo que tenemos en cuenta no es el contenido sino el dibujo de la línea energética de le pieza.]