sábado, 26 de junio de 2010

"Asociamos las grandes obras a un gran teatro, y eso es lo que iba a ocurrir en aquel momento. Si Giles Alleyn hubiese renovado el arriendo del solar de Shoreditch, no habría existido el estímulo de un nuevo medio físico para realizar nuevos trabajos -al menos, podemos argumentar de esta manera. Sea como fuere, a finales de septiembre de 1598 era evidente que los Hombres del Lord Chambelán debían abandonar cualquier esperanza de renovación del contrato. Pero del desaliento surgió una nueva euforia. La historia es romántica, y podríamos decir que típicamente isabelina.
·····Una cláusula del contrto original de arrendemiento de 1576 establecía que el edificio levantado en el solar de Shoreditch pertenecería a los Burbage si era retirado antes de la fecha de su vencimiento. Cuthbert y Richard Burbage dejaron el teatro donde estaba, pensando que Alleyn renovaría el contrato y convencidos de que pronto volverían a ocuparlo. Pero cuando Alleyn se presentó en 1598 con un nuevo arriendo, las condiciones del mismo eran tan escandalosas que los Burbage se negaron a firmarlo. Es lo que esperaba Alleyn. De hecho, había ideado el contrato de tal modo que aquella reacción resultaba inevitable. Su intención era utilizar el edificio del teatro para sus propios fines. No deseaba renovar el arriendo, lo que quería era su terreno y un teatro gratis.
·····Los Hombres del Lord Chambelán echaban humo. Comenzaron a buscar un nuevo emplazamiento y lo hallaron al lado del Rose y sus rivales, los Hombres del lord Almirante. Era una parcela de huerta cerca de Maid Lane y firmaron un arriendo que les daba derecho a trasladarse allí el día de Navidad. Naturalmente, se necesitaba un capital. Los hermanos Burbage aportarían la mitad; la otra mitad se dividiría entre Shakespeare, Heminges, Phillips, Pope y Kemp. Aquello iba a dar a Shakespeare una décima parte del nuevo teatro, así como una participación en la propia compañía. El contrato para la erección del nuevo teatro fue para el constructor Peter Street. ¿Dónde conseguirían la madera?
·····La pregunta tenía sólo una respuesta. Durante las fiestas navideñas, mientras Alleyn se hallaba fuera de Londres, en torno a una docena de obreros de derribos encabezados por los Burbage se presentaron en el viejo teatro de Shoreditch y comenzaron a echar abajo la estructura. Luego la transportaron en carros al otro lado del río y apilaron la madera en la parcela del Bankside. Los últimos días de diciembre fueron de un frío glacial y el Támesis se heló. Pero los trabajos continuaron y no hizo falta utilizar el Puente de Londres. Fue como el paso del mar Rojo por los israelitas. Dios estaba del lado de los Hombres del Lord Chambelán.
·····Los obreros se esforzaron durante toda la primavera siguiente prolongando su jornada laboral y levantando el mejor teatro visto hasta entonces en Londres. Los actores sabían qué querían -algo circular, un O de madera, con todos los accesorios que habían hecho del drama isabelino el medio ágil, íntimo y retórico que era: un proscenio avanzado, un apartado o estancia cerrada por cortinas con una tarrass o galería encima y otra galería para los músicos sobre ella. Un búen sótano y un escotillón. Suspiraban por el momento en que se desplegase por primera vez la bandera del teatro, en la que aparecía un Hércules con el mundo sobre sus hombros. La divisa iba a ser: "TOTUS MUNDUS AGIT HISTRIONEM", traducible más o menos por 'El mundo entero es un escenario'. El teatro se llamaría el Globe."
Anthony Burgess: Shakespeare. Ediciones Península, Barcelona, 2006, págs. 142-143.

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