viernes, 25 de junio de 2010

"Para quienes equiparan el atractivo con la excelencia moral constituye un misterio eterno que Falstaff sea uno de los personajes más amables de toda la literatura. Pero ese misterio no existe para quienes no ven virtud alguna en la guerra, en la propaganda gubernamental, el avinagrado puritanismo, el trabajo duro, la pedantería y la renuncia al vino, y para quienes aprecian a la humanidad caída cuando se revela en la picardía y el ingenio. El espíritu falstaffiano es un gran sostén de la civilización. Desaparece cuando el Estado es demasiado poderoso y cuando la gente se preocupa en exceso por su alma."
Anthony Burgess: Shakespeare. Ediciones Península, Barcelona, 2006, pág. 139.

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