lunes, 14 de junio de 2010

"El arte de Shakespeare no surgió del de Marlowe. Tenían temperamentos demasiado diferentes y [...] Marlowe desemboca en Ben Jonson, en una especie de comedia satírica que Shakespeare nunca deseó escribir. Pero Marlowe fue para el aprendiz Will un modelo en cuanto a la organización de las palabras en forma de parlamentos majestuosos, un maestro de la declamación capaz de modular con facilidad del lirismo a la retórica martilleante y un gran constructor de frases. En una de sus obras tempranas, compuesta quizá antes que la serie de Enrique VI pero no documentada hasta finales de 1592 entre las representaciones dadas en el Rose, Shakespeare se propuso deliberadamente la tarea de llevar al límite el horror y crear un personaje maquiavélico que supera en ampulosidad a todos los de Marlowe. Esa obra es Tito Andrónico.
·····[...] Shakespeare había digerido los desagradables atractivos de The Spanish Tragedy, en la que Jerónimo se corta en escena la lengua con los dientes, y es probable que hubiera presenciado ejecuciones de Tyburn."
Anthony Burgess: Shakespeare. Ediciones Península, Barcelona, 2006, pág. 83.

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