jueves, 17 de junio de 2010

"El único drama histórico de Marlowe, Eduardo II (disponible para entonces como obra impresa), enseñó a Shakespeare que un mero desfile de acontecimientos al estilo del teatro popular medieval, como en la trilogía de Enrique VI, resultaba menos convincente que un análisis de los motivos ocultos tras los acontecimientos."
Anthony Burgess: Shakespeare. Ediciones Península, Barcelona, 2006, pág. 125

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