martes, 6 de julio de 2010

"[...] en las tragedias reales de Shakespeare sólo existe odio, deseo y violencia; lo único que funciona es ese Gran Mecanismo que convierte a los verdugos en víctimas y a las víctimas en verdugos."
Jan Kott: Shakespeare, nuestro contemporáneo. Alba Editorial, Barcelona, 2009, pág. 90.

[Nota: Tanto los sentimientos como las situaciones que los provocan son la pulsión de la energía pura que Shakespeare descubrió ya en Tito Andrónico, lo que elemina de cuajo, en lo que respecta a la escena, el interés por los valores morales. Pero eso no es del todo cierto. A lo largo de un argumento cada vez más perturbador a causa del odio y de los crímenes, los valores morales acaban resurgiendo del mismo núcleo del mal. Se restablece de este modo el equilibrio en el sentir del público, tras haber sido arrastrado por las pasiones.]

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