Shakespeare es inagotable, no necesita justificación. Siempre he tenido ganas de tener un lugar donde anotar diversos aspectos sobre su tiempo, su biografía, su obra, lo que le ha seguido, bueno y malo. El estímulo inicial son las espléndidas palabras que el Marqués de Bradomín y Rubén Darío le dedican en "Luces de Bohemia", de Ramón María del Valle-Inclán. No me he podido resistir a compartirlas.
miércoles, 28 de julio de 2010
"Tito Andrónico no es la obra más violenta de Shakespeare. Hay más cadáveres en Ricardo III y El rey Lear es mucho más cruel" Jan Kott: Shakespeare, nuestro contemporáneo. Alba Editorial, Barcelona, 2009, pág. 435.
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