domingo, 18 de julio de 2010

"En Coriolano Shakespeare dejaba igual mal sabor de boca a los aristócratas y a los republicanos, a los detractores y a los partidarios del pueblo. Coriolano molestaba por igual a los que creían en la fuerza de las masas y a los que la despreciaban; a los que creían que la historia tiene un sentido y que podemos aprender de sus lecciones y a los que se burlaban de esta creencia; a los que consideraban que la humanidad es un termitero y a los que sólo eran capaces de ver termitas individuales y solitarias, inmersas en sus propios sufrimientos. Coriolano no encajaba con ninguna de las ideas históricas y filosóficas vigentes en los siglos XVIII y XIX."
Jan Kott: Shakespeare, nuestro contemporáneo. Alba Editorial, Barcelona, 2009, págs. 240-241.

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