jueves, 22 de julio de 2010

"[...] una de las grandes tesis de Shakespeare: la violenta confrontación existente entre la naturaleza y el orden social. El rey viaja en la nave. Pero ¿qué puede hacer el poder real y su majestad contra la furia de los elementos? ¡Nada! Shakespeare repite la famosa invocación de Panurgo en el libro IV de Gargantúa y Pantagruel, pero con mayor contundencia y agudez:

·····Gonzalo: ¡Calma, calma, buen amigo!
·····Contramaestre: Cuando el mar se calme. ¡Vamos! ¡Abajo! ¿Creéis que estas que aquí rugen respetarían a un rey? ¡Al camarote! ¡Callaos y dejadnos hacer!
·····Gonzalo: Está bien, pero recordad a quién lleváis a bordo.
·····Contramaestre: A nadie a quien yo aprecie más que a mí mismo. ¿No sois vos de la corte? Pues ordenad a los elementos que se callen y, si podéis, que haya paz inmediata, que nosotros no habremos de tocar jarcia alguna. ¡Ejerced vuestra autoridad! Si no podéis, dad gracias por haber vivido tanto tiempo.
(La tempestad, I, i)

Jan Kott: Shakespeare, nuestro contemporáneo. Alba Editorial, Barcelona, 2009, pág. 385.

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