domingo, 11 de julio de 2010

"Shakespeare nunca tenía miedo a la crueldad. A Gloucester le arrancarán los ojos, Lear se volverá loco. El gran Otelo, el orgulloso y apuesto Otelo deber ser humillado físicamente."
Jan Kott: Shakespeare, nuestro contemporáneo. Alba Editorial, Barcelona, 2009, pág. 162.

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