sábado, 3 de julio de 2010

"Incluso en Tito Andrónico, que Shakespeare rehizo o escribió muy probablemente el mismo año que Ricardo III, el espectador contemporáneo ve algo más que una acumulación innecesaria de crueldades, que la crítica del siglo XIX tachó de caricatura grotesca. Y cuando se monta Tito Andrónico como lo hiz Peter Brook, ese mismo espectador está dispuesto a aplaudir la escena de la carnicería general del quinto acto con el mismo entusiasmo que lo hicieron los caldereros, sastres, carniceros y soldados de la época de Shakespeare. Aquella obra fue uno de los mayores éxitos teatrales de la época. El espectador contemporáneo se acerca a menudo de forma inesperada a la contemporaneidad de Shakespeare cuando encuentra en sus tragedias el reflejo de su propia realidad."
Jan Kott: Shakespeare, nuestro contemporáneo. Alba Editorial, Barcelona, 2009, págs. 39-40.

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