lunes, 26 de julio de 2010

"Los dramas de Shakespeare no se articulan en torno al principio de unidad de acción, sino a partir del principio de analogía; esto permite el desarrollo de dos, tres y hasta cuatro temas simultáneamente, formando un sistema de espejos cóncavos y convexos, que reflejan, aumentan y parodian una misma situación. El mismo tema es repetido en tono lírico y grotesco, y más tarde en tono patético e irónico. La misma escena será representada por una pareja de reyes o por una pareja de amantes, e imitada por los bufones. ¿O quizá eran los reyes los que imitaban a los bufones? Los reyes, los amantes y los bufones son sólo actores. Los papeles han sido escritos de antemano y las situaciones concebidas previamente. Tanto peor si los actores no saben meterse en sus papeles y no saben interpretarlos. Porque actúan sobre un escenario que es una imagen del mundo real, donde nadie escoge ni el papel ni la situación. Las situaciones en el teatro de Shakespeare son siempre auténticas, incluso cuando las representan espíritus y monstruos."
Jan Kott: Shakespeare, nuestro contemporáneo. Alba Editorial, Barcelona, 2009, pág. 388.

No hay comentarios:

Publicar un comentario