martes, 6 de julio de 2010

[En medio de un contexto elogioso sobre su penetrante mirada psicológica, Kott escribe:]

"Según sostienen algunos comentaristas sabios es probable que Shakespeare nunca viese el mar, ni siquiera estuvo en un campo de batalla. No sabía nada de geografía. Pensaba que Bohemia estaba a orillas del mar. Proteus sube a un barco para viajar desde Verona a Milán, y aún peor, espera allí a que suba la marea. También Florencia es para Shakespeare una ciudad portuaria. Shakespeare tampoco sabía historia. En sus obras Ulises cita a Aristóteles y Timón de Atenas hace referencias a Séneca y a Galeno. Shakespeare tampoco sabía filosofía, ni arte militar, y mezclaba las costumbres de diferentes épocas. En Julio César hay un reloj que marca las horas, y una sirvienta ayuda a Cleopatra a abrocharse un corsé. Los cañones disparan pólvora en la época del rey Juan sin Tierra. Shakespeare no vio nunca el mar ni presencio batallas, tampoco subió montañas; no sabía historia, ni geografía, ni filosofía."
Jan Kott: Shakespeare, nuestro contemporáneo. Alba Editorial, Barcelona, 2009, págs. 65-66.

No hay comentarios:

Publicar un comentario