domingo, 11 de julio de 2010

"En el campo semántico de Yago, hay toda una serie de palabras de cosas y animales repugnantes y temibles que funcionan como palabras-consigna, palabras-clave o palabras-evocadoras. Yago habla de anzuelos, trampas, redes, venenos, medicinas y lavativas, de brea y azufre, de plagas y pestes.
·····[...]
·····El bestiaro invocado por Yago resulta aún más característico. Aparecen en él animales débiles y desamparados. '¿Ahogarte? Ahoga gatos y cachorros ciegos' (Otelo, I, iii). Las alegorías de la estupidez y la fealdad (las gallinas de Guinea y los babuinos), del deseo y la impudicia: 'más ardientes que las cabras, más sensuales que los monos, más calientes que una loba salida'. (Otelo, III, iii)."
Jan Kott: Shakespeare, nuestro contemporáneo. Alba Editorial, Barcelona, 2009, págs. 164-165.

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